Donación de libros a la Biblioteca Ernesto Storani del Instituto Mignone que pertenecieron a la profesora Guadalupe Ledesma

 

El miércoles 14 de julio, hemos recibido la donación de 146 libros que pertenecían a la biblioteca personal de la profesora Guadalupe Ledesma, quien lamentablemente falleció en el corriente año, para ser incorporados a la Biblioteca “Ernesto Storani” del Instituto Mignone. En esta entrega participó el director de la Institución, Fernando Gutiérrez, la coordinadora de la carrera de Bibliotecología, María Simiones y amigas de la docente: Melisa Palomeque, Clara Aguirre y Roxana Munzzo, también en representación de su familia.

Desde la institución agradecemos esta donación a los familiares y amigos/as de la profesora Ledesma, quien falleciera en el mes de enero y trabajara en el Instituto desde el 2012 acompañándonos como docente de asignaturas relacionadas a la promoción de la lectura en diferentes carreras. Queremos destacar que nos dejó un legado, no solo por su amor a la literatura, sino también de lucha por los derechos ciudadanos.
Para nosotros es un gran honor recibir esta colección que tendrá su lugar en las estanterías de la biblioteca de nuestra institución y será puesta a disposición de la comunidad recordando su nombre.

Además, queremos compartir con la comunidad la siguiente poesía que escribió en su memoria la Profesora Mariangeles Arnaiz

NECESARIA
A Guadalupe Ledesma

Reinarás por siempre segura y decidida
por los barrios cansados de palabras
y llevará tu nombre el que halle en eso
la mejor forma de decirte gracias.

Platos, ollas, mantas, zapatillas
solos se quedan sin quien los reparta.
En tu mesa de luz, quieta te espera
la agenda de las causas postergadas.

“Lo importante no es mantenerse vivo
por sentirse humanos la cosa pasa”
escribiste, y al cabo de unos meses
tu ausencia en enero lo afirmaba.

Aviven siempre el fuego de la lucha,
decías a las mujeres como un mantra.
Gritaste a viva voz que no es mendigo
quien pide por el techo de su casa.

En tiempos en que la mente asfixia,
cuando nadie en el mundo entiende nada,
miramos fotos y, en lugar de flores,
en tu muro, hoy dejamos palabras.

La familia, los amigos, el barrio
los que aún te temen, los que te aman,
las marchas, las canciones, la esperanza
te lloran a escondidas mientras andan.

Un perro negro buscará en la luna
tu bicicleta y su huella ancha
preguntarán sus ojos huérfanos
qué ha sido de tus rulos y de tu alma

No pudiste ganarle al mundo lobo,
ya no verás crecer el liquidámbar,
no alcanzarán nuestros tiempos mezquinos
para ayudar al que lo perdió todo:

no es solo un niño el que se quedó solo.

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